Mujer y derechos universales
Mujer y derechos universales
Eduardo Garibay Mares
www.prensalibremexicana.com
Marzo 8 de 2014
El 8 marzo, Día Internacional de la Mujer, conmemoración sumada a efemérides que coloquialmente refieren a sucesos notables y de los cuales se rememora el día en que ocurrieron, o el que así fue establecido para tal fin, y que públicamente se celebran con actos cívico-político gubernamentales, y de organizaciones sociales, al igual que con fiestas en instituciones educativas, desde el nivel preescolar hasta el universitario.
Sin embargo, al significar “memorial diario”, en latín, y “calendario de cada día”, en griego, la palabra efemérides tiene la misma etimología greco-latina que la de efímero, cuyo significado es: “Que dura un día”, cual presagio de que las implicaciones del Día Internacional de la Mujer correrían la misma suerte que, por ejemplo, los conocidos pensamientos del michoacano Melchor Ocampo, “Es hablando, no matándonos como habremos de entendernos, al que se le recuerda en el día de su nacimiento cada 6 de enero, y del oaxaqueño Benito Juaréz, rememorado por el mismo motivo cada 21 de marzo, cuyo razonamiento igual no termina de pasar del gubernamental discurso retórico para cabalmente hacer realidad “que el pueblo y el gobierno respeten los derechos de todos”, al señalar contundente que “entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.
Tal ocurre en la República mexicana en cuanto a respetar a la mujer y sus derechos todos.
Derechos universales
Fiesta nacional en algunos países, el Día Internacional de la Mujer, iniciado como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona, y la primera convocatoria para instaurarlo tuvo lugar cuando en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza se celebró por vez primera el 19 de marzo de 1911, fecha a partir de la cual se extendió crecientemente su conmemoración a los demás países, hasta lograr que la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, proclamara en 1977 el 8 de marzo como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.
Mujer y derechos en México y el mundo
No obstante que la salvaguarda de la igualdad de género, y de los derechos humanos, es condición indispensable para el desarrollo, la paz, la seguridad y el mejoramiento de la vida de todos los habitantes del planeta, lo cierto es que se está muy lejos de convertir ese común entendimiento en práctica universal, aunque en organismos nacionales e internacionales mujeres y hombres trabajan unidos, en pro de esta causa que atañe a la humanidad, pese a lo cual en casi todos los países la mujer sigue figurando poco en cargos gubernamentales de primer nivel, en el Estado nacional, donde además de que su trabajo prosigue subvalorado, mal remunerado e incluso sin ningún pago en absoluto, lo más grave es la violencia que contra ellas persiste, en creciente perjuicio de su propia calidad de vida, de sus familias y de la sociedad en su conjunto. Violencia contra la mujer oficialmente prohibida y mal vista en sociedad, pero que en la realidad tiende a ser tolerada y encubierta.
Mujer y madre
Desde los inicios de la vida terrena, la mujer es madre a costa de malestares del embarazo, que afectan pasajera, o permanentemente, su bienestar físico y su salud, e incluso a riesgo de perder la vida, puesto que es en el vientre de la mujer donde se origina la vida humana, cuando de la unión de los gametos masculino y femenino, esto es, tras penetrar el espermatozoide en el óvulo, surge la célula huevo originaria del nuevo ser, quien culmina su periodo de vital gestación al ser parido, siendo entonces que se establece la efeméride del día, año y mes de su nacimiento, como un dato más en su historia de vida prenatal y natal.
Por eso también las primeras palabras de la criatura recién nacida son ma, ma, balbuceos para la vida que nutre la mujer que la gesta: Mamá. De ahí que ma, ma, homofonía del vocablo español «mamá», sea similar en el millar de idiomas existentes, dado que desde el momento de nacer son emitidos por su natural instinto para sobrevivir, al tener hambre y al mamar la leche materna, mismos que tienen que ver con los movimientos fisiológicos efectuados al succionar el alimento de los senos maternales.
Así las cosas, si desde la época prehispánica los purépechas consideraban heroica a toda mujer que moría en el parto, al nacer su hija o hijo, asignándole un lugar entre las divinidades a las que rendían culto, y dado que con todo y los avances de la ciencia y la tecnología médica muere la mujer en el parto o su criatura, o mueren ambas, llama la atención cómo, si ni en las instituciones de medicina privada ni en las de servicio público se garantiza la debida atención, y la vida, tanto a la madre como al nuevo ser, antes, durante y después del parto, es irresponsable pretender injertar en la lucha a favor de los derechos de la mujer reformas a la ley para despenalizar el aborto, sin haber hecho realidad, hasta hoy en día, los objetivos de la lucha que, por el respeto de los derechos, originalmente conllevaron al establecimiento del Día Internacional de la Mujer.
Es así que al plantear el caso del derecho de aborto, contra el propio del ser, y surgir la pregunta ¿de quién es el derecho de poder elegir: de aquella que concibe, o del que va a nacer?, es de equidad reconocer que de ambos es el derecho de poder decidir, aunque ¿quién verá por los derechos de la niña y del niño que viven el periodo de gestación?
Un derecho al aborto que se revuelve con los derechos por los que históricamente lucha la mujer, a fin de participar no sólo en la sociedad, sino en la vida política y económica, en igualdad de circunstancias con el hombre, desde hace siglos, como ocurrió, por ejemplo, en la antigua Grecia, donde Lisístrata promovió una huelga sexual contra los hombres, para poner fin a la guerra; y también en Francia, cuando las parisienses pidieron “libertad, igualdad y fraternidad”, al igual exigir el sufragio femenino universal desde los inicios de la Revolución Francesa. Mujeres de todos los tiempos, como las que en Rusia, al amotinarse por la falta de alimentos, demandaron pan y paz, y como las que hoy en día asimismo exigen, entre otras cosas, la abolición de la explotación infantil, ante la también prevaleciente violación generalizada de los derechos humanos: graves impedimentos para el logro de la igualdad de género, el desarrollo y la paz.