Quiero ser instrumento de paz para México, con todos los mexicanos: Papa Francisco. . Eduardo Garibay Mares
Quiero ser instrumento de paz para México, con todos los mexicanos: Papa Francisco
Señor, haz de mi un instrumento de tu paz. San Francisco de Asís
Eduardo Garibay Mares
Quiero ser instrumento de paz para México, con todos los mexicanos. Papa Francisco – Semblanzas y puntos de encuentro de Morelos y Bergoglio. Eduardo Garibay Mares
Quiero ser instrumento de paz para México, con todos los mexicanos: Papa Francisco
Señor, haz de mi un instrumento de tu paz. San Francisco de Asís
Eduardo Garibay Mares

“Quiero ser instrumento de paz para México con todos los mexicanos”, definió el Papa Francisco ante comunicadores mexicanos por su viaje apostólico a la República mexicana que lo entrevistaron, en evento que dio a conocer ACI Prensa desde Ciudad del Vaticano el miércoles 3 de febrero de 2016.
Testimonios de misericordia y de fe en pro de la paz en México, del Papa Francisco
Expresados en respuesta a respectivas preguntas para divulgación periodística, el Papa Francisco asimismo señaló, entre otras cuestiones, que:
– El México de la violencia, la corrupción, el tráfico de drogas y los cárteles, no es el México que quiere la Virgen de Guadalupe.
– Este país vive parte del clima de “guerra” que sufre el mundo

– Quiere ser un instrumento para lograr la paz en este país, de la mano de toda la población.
– Si yo voy es para recibir lo mejor de ustedes y para rezar con ustedes, para que los problemas de violencia, de corrupción y todo lo que ustedes saben que está sucediendo, se solucione, porque el México de la violencia, el México de la corrupción, el México del tráfico de drogas, el México de los carteles, no es el México que quiere nuestra Madre.
– Por supuesto que yo no quiero tapar nada de eso, al contrario, exhortarlos a la lucha de todos los días contra la corrupción, contra el tráfico, contra la guerra, contra la desunión, contra el crimen organizado, contra la trata de personas.
– La paz se trabaja todos los días, es más, yo diría una palabra que parece una contradicción: ¡la paz hay que pelearla todos los días!, hay que combatir todos los días por la paz, no por la guerra.
– Quisiera ser en México un instrumento de paz, junto con todos ustedes. Es obvio que solo no puedo.
– La paz es un trabajo artesanal, un trabajo de todos los días que se amasa con las manos, desde cómo educo yo a un niño, hasta cómo acaricio a un anciano, son todas semillas de paz.
– La paz nace de la ternura, la paz nace de la comprensión, la paz nace o se hace en el diálogo, no en la ruptura. Y ésta es la palabra clave: diálogo: el diálogo entre los dirigentes, el diálogo con el pueblo y el diálogo entre todo el pueblo.
– Por Nuestra Señora de Guadalupe siente seguridad, ternura, y les preguntó a los mexicanos si le piden a la Virgen por el fin de la violencia en el país.
– Tenemos la misma Madre, a Ella digámosle: mira, si tú me dijiste que yo no tenga miedo porque eres mi Madre, tú que eres mi Madre arregla eso.
– En el diálogo no tengan miedo a escuchar al otro, a ver qué razones tiene. Y, por favor, no entrar en ninguna transacción que por ganar dinero me esclavice toda la vida en una guerra interior y me quite la libertad, porque la paz da libertad.
– Yo le voy a pedir a la Virgen, junto con ustedes, que les dé esa paz, que la Guadalupana les regale la paz del corazón, de la familia, de la ciudad, y de todo el país.
El Papa Francisco habla sobre la crisis de fe en el mundo
Que la fe aflore: que nos ayude a ser católicos de verdad, a expresar y a vivir nuestra fe dentro y fuera del templo. Eso es lo que esperan ustedes.
Y yo voy para servir, para eso, para ser un servidor de la fe de ustedes, porque para eso me hice cura, para servir, porque sentí esa vocación, para servir a la fe de ustedes, para servir a la fe del pueblo: fe que tiene que crecer y salir hacia afuera y meterse en la vida de todos los días, una fe pública. Y la fe se hace fuerte cuando es pública, sobre todo en los momentos de crisis.
Que hay una crisis de fe en el mundo, es verdad. Pero también es verdad que hay una gran bendición y un deseo de que la fe salga hacia afuera, que la fe sea misionera, que la fe no sea enfrascada, como en una lata de conserva.
Nuestra fe no es una fe de museo y la Iglesia un museo. Nuestra fe es una fe que nace del contacto, del diálogo con Jesucristo, nuestro Salvador, con el Señor.
Esa fe tiene que salir a la calle, tiene que salir a los lugares de trabajo, tiene que salir en el entendimiento con los demás, esa fe tiene que expresarse en el diálogo, en la comprensión, en el perdón, en la artesanía cotidiana de combatir por la paz.
Sí, una fe en la calle, si la fe no sale a la calle, no sirve, y que la fe salga a la calle no significa solamente hacer una procesión.
Que la fe salga a la calle significa que yo en mi lugar de trabajo, en mi familia, en las cosas que hago en la universidad, en el colegio, me muestro como cristiano.