Día del Estudiante el 23 de mayo. Eduardo Garibay Mares

Día del Estudiante el 23 de mayo

 

Eduardo Garibay Mares

www.prensalibremexicana.com

Mayo 23 de 2015

 

ELa festiva estación de primavera se escogió para conmemorar, en ámbito internacional, a quienes cursan estudios en instituciones de enseñanza, ya que ésta asimismo implica vitalidad, crecimiento, creatividad, fructificación, y aporte.

Por eso en México el Día del Estudiante se festeja el 23 de mayo, una efeméride que en el calendario se suma a numerosas fechas locales, estatales, nacionales e internacionales, que cada año son motivo de celebración, aunque ésta transcurre casi desapercibida gubernativa y popularmente, no obstante que es con el fin de reconocer la dedicación de aquellos que son el futuro de la nación, quienes además de pasar gran parte de su vida en el aula, interactivos con el proceso enseñanza-aprendizaje, también fuera del horario de clases dedican tiempo a investigar datos y recabar materiales que complementan la diaria tarea escolar, siempre obligados y comprometidos a obtener resultados aprobatorios.

Niñas, niños, jóvenes y personas adultas de todas las edades que se forman en las escuelas, dedicados a la escritura, la lectura, la puesta en práctica de los conocimientos aprendidos e, implícitamente, a observar y comprender la vida, estudiantes a quienes en su día se les reconoce el desarrollo y la innovación adquirida en sus años de estudio, en esta fecha de merecido goce de eventos amenos en ámbitos familiar, escolar y social.

Festejo estacional

Iniciada en distintos tiempos en cada hemisferio de la Tierra, entre los días 21 y 23: de mayo, en el norte; y de septiembre, en el sur; en la primavera que se dedica el Día del Estudiante a quienes desde la inicial enseñanza preescolar, hasta estudios de nivel técnico y profesional, y sus respectivos diplomados, maestrías y doctorados, durante el ciclo escolar se esfuerzan en estudiar, en desarrollarse, en aprender lo que les gusta, y en encontrar o robustecer su vocación, a fin de tener bases para efectuar actividades a cumplir en su vida.

Niñez y juventud que permiten, sin los prejuicios de la adultez, conocer a las personas tal y como son, cuando el presente envuelve en su superficialidad e igual sólo deja ver lo superficial, prometedor y brillante del futuro. Cuando por tener el apoyo de la familia se es libre de hacer y escoger lo que se quiera, de vivir el momento, sin más límites que las generacionales reglas hogareñas y escolares, que por más modernas y actualizadas que sean siempre les parecen excesivas al estudiantado, que tras participar en actividades académicas, culturales, deportivas, de labor social, cívicas, y en pro del ejercicio de derechos propios y de las demás personas, igual aprende, aún en infantil o juvenil rebeldía, a respetarlas y hacerlas respetar en su vida adulta.

Estudiar: un privilegio

Estudiantes que son gente privilegiada por gozar del derecho a la educación, en instituciones educativas públicas o privadas, donde además de adquirir conocimiento científico, cultural, deportivo y social, acumulan en su bagaje vivencias de amistad y compañerismo, que hacen de los años estudiantiles épocas de alegre recuerdo: la primavera de la vida en las instituciones educativas, que son semillero de talentos, viveros de formación integral de quienes adquieren y aplican el conocimiento en bien de su familia, de su comunidad, de su país, de la humanidad.

De ahí que la primavera es la estación en que se celebra el Día del Estudiante, ya que es la temporada en que resurge la vida nueva y por ello representa la vitalidad y el crecimiento, como igual lo son la niñez y la juventud, épocas de mayor esplendor, ánimo y naturalidad, así como de aprovisionamiento para los veraniegos, otoñales y, sobre todo, los invernales días por venir.

Corolario

Vivir es aprender, en todas las etapas de la vida, que se comparan, en la edad adulta, primero con el verano y el otoño, y luego con el invierno de la vejez, edades cuyo esplendor magnifica lo óptimo y pleno que en la niñez y la juventud se vive el proceso enseñanza-aprendizaje: la primavera de la existencia, cuando se configura la conciencia respecto a la obligación de estudiar con método, de ser responsable, de cumplir en el trabajo, de prepararse para la vida, de ser útil y, sobre todo, de corresponder al privilegio de poder estudiar.

Es así que al felicitar en este 2015 en el Día del Estudiante, a quienes en México y en los demás países cursan estudios en instituciones de enseñanza, surge el anhelo de que éstos puedan lograr, en el desempeño de su vida adulta, lo que por generaciones no ha sido posible: que en el mundo todas las niñas, niños y jóvenes tengan oportunidad de realizar estudios en instituciones educativas, desde preescolar hasta profesional.

Con la esperanza de que el discernimiento y equidad de la comunidad estudiantil de hoy hagan posible que en ámbito mundial la educación deje de ser un privilegio y sea ya un derecho por todos ejercido ¡Feliz Día del Estudiante!